Es de esperar que no haya mentido en sus respuestas. Nuestra alma condicionada dirige muchas veces su vida a través de diferentes tipos de mentiras, y la única forma en que ésta logra sobreponerse de ese sufrimiento es por medio de la sanación de su condición enferma.

En nuestra auto-evaluación no sólo debemos considerar si todavía continuamos mintiendo sobre algo, sino que también debemos percibir qué tan sincero es nuestro deseo de sobreponernos a estas mentiras y a los problemas subyacentes que nos influenciaron para mentir.

Para permitir una mayor concientización al respecto, nosotros le recomendamos tener en cuenta que:

· Si mentimos y causamos sufrimiento a otros, entonces debemos sufrir las reacciones de nuestras mentiras.

· Si mentimos sin tener consideración alguna por los demás, siendo indiferentes a su bienestar y buscando ruinmente nuestra propia ventaja, entonces tendremos una pequeña oportunidad de encontrar algún cambio en nuestro estado de ignorancia actual.

· Si mentimos para evitar problemas, o para proteger nuestra falsa imagen y con ello no hacer daño a los demás, tenemos todavía una eventual oportunidad de alcanzar la bondad, pero no sin antes ser conscientes de que debemos hacernos responsables de nuestros actos.

· Si mentimos sólo en caso de una absoluta emergencia, considerando el bienestar de los demás, estamos realmente protegidos por la bondad. El criterio superior sobre las mentiras sólo puede ser comprendido en la etapa del amor universal, lo cual es un avance substancial en la escalera del progreso de la terapia sanadora.

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